viernes, 16 de marzo de 2012

COLLIE

Los collies son conocidos por ser dulces y cuidadores. Son generalmente fáciles de entrenar debido a su inteligencia y a un deseo innato por complacer. Algunos collies pueden llegar a andar «colgados» de su dueño, esto es visto comúnmente como un sentido supradesarrollado de lealtad. Son excelentes perros ovejeros, buena compañía para la familia y para otros perros. Son muy leales y fieles, aunque desconfían de los extraños si no les caen bien. También son muy juguetones y fáciles de entrenar.
Es un perro inteligente, prudente, perseverante y una estupenda niñera. Le encanta que se le encargue vigilar a los niños. Es dulce, buen vigilante y muy atento: un perro adecuado para dejarle un niño a su cargo. Con los bebés se deja tratar como un peluche, y un bebé puede aprender a caminar si se agarra a su pelo. Este perro será cuidadoso en evitar que se caiga. Además, evitará que el bebé se vaya con desconocidos. En la playa, si no hace mucho calor, se dedica a vigilar a los más pequeños, y si les pasa algo, lloran o se caen, no duda en actuar.
El collie tiene el cuerpo largo en relación a su altura. Su altura de cruz es de 56 a 61 cm (el macho) y de 51 a 56 cm (la hembra). Pesa de 18 a 29 kg. Tiene los ojos marrones, de forma almendrada y ligeramente oblicuos. Sus orejas son pequeñas y están echadas hacia atrás, o hacia adelante cuando el perro está alerta. El hocico es largo y liso, con la trufa negra. Su cola es larga y con abundante pelo, y el pelo el es denso, duro al tacto y suave y brillante si se cuida muy bien. Puede ser de color cibelina y blanco, tricolor o azul muy oscuro.
En el siglo XIX, el collie no era muy conocido aún, pero con las primeras exposiciones caninas, su popularidad empezó a crecer hasta conseguir su punto más alto. En la actualidad sigue siendo una de las razas más conocidas.

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